lunes, 7 de mayo de 2012

La bala superada




La fábula de las tres ovejas

Esta era la historia de tres cerditos, que corriendo, corriendo, se convirtieron en tres (...) blancas y relucientes ovejas.

El primero de estos cerditos, llamémoslo Pe, fue también el primero en llegar a correr raudo y veloz, cual bala. Su capacidad para convertir una simple afición en dedicación y, en último término, obsesión, le llevó a ser la oveja más aventajada del rebaño. Sin embargo, su correr carecía de sentido y objetivo: no tenía rivales, ni meta. estaba sin rumbo, perdida. 

El segundo de los cerditos, llamémoslo Eme, era, sin lugar a duda, el menos cerdo de toda la piara. Siempre había sido un cerdo inquieto y tal inquietud le llevaba a motivarse por cualquier tipo de actividad en que pudiera participar. Tanta participación y motivación suponían el motivo principal de su falta de cerditud; sin embargo, tal dispersión, otrora ventaja, se tornaba en inconveniente a la hora de centrar sus esfuerzos en transformarse en una oveja de pro.

El tercero de los cerditos, llamémoslo Ese, era indudablemente el mayor cerdo de la piara y de varias piaras alrededor. Cerdo. Muy cerdo. Tiempo ha, había intentado renegar de su  parecido, pero este no era el plan que el destino tenía para él. Nunca fue (realmente) apto para la actividad física.

Sin embargo, en ocasiones, ciertos incidentes cambian las tornas. Frente a las indecisiones, dispersiones, adversidades, imposibilidades, obstáculos (y más sinónimos del Word), surge el instinto de superación; eso que nos hace especiales, que nos distingue y permite que lo imposible se torne en improbable, lo improbable en difícil y lo difícil, en reto.

Esta es la historia de los tres cerditos ovejas. Esta es la historia de tres retos.

Tan importante como un buen entrenamiento físico, un buen conocimiento de nutrición, salud o tecnología aplicada, resulta el entrenamiento mental. Es otro objetivo más de este blog el compartir historias de superación que nos inspiren y motiven, conocer famosos incidentes; que nos ayuden a recorrer ese kilómetro de más, a tardar ese segundo de menos o, simplemente, a disfrutar al correr.

A partir de ahora, esta Bala superada que les escribe intentará ir restando espiritualidad, solemnidad y filosofía a su texto y sumando algo más de humor. Quizás se consiga. Y si no, eso que nos queda. Si desean compensar la seriedad de este post sugiero teclear Sergio Ramos en youtube, cualquier video vale.

Un saludo cada vez más veloz!

4 comentarios:

  1. Al final todos los que corremos somos medio-animales, el que menos se queda en animalito y el que más, ya sabeis... en maratoniano.
    Welcome to the jungle!

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  2. Gracias Aaron! No te preocupes, que mientras no se entere el rey no hay peligro ;)

    Tres abrazos!

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  3. Je, je...tenemos que buscar un trasquilador que trasquile a estos/-as tres ovejas balas "que balan", para saber quienes se esconden tras la lana.

    Superan a aquel que camufla su identidad tras unas gafas y una gorra.

    Je, je...curioso este blog.

    A seguir en el asfalto! Mucho ánimo!

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  4. Gracías José!

    Poco a poco nos acabaremos trasquilando, o de forma propia o con el paso del tiempo, que todo lo puede ;)

    Tres abrazos!

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